5/09/2022
Hace unos meses tuve en mis manos un libro interesante de Mia Kankimäki, escritora finlandesa que, a través de diarios de viaje y biografía propia y ajena, relata la historia de mujeres atípicas del pasado, sirviéndose de sus experiencias a modo de fuente de inspiración personal. Estas mujeres serán sus “píldoras de motivación”, una especie de vitamina C que se regala a sí misma para tomar fuerzas cuando se enfrenta a momentos de incertidumbre.
Es cierto que Artemisia Gentileschi consiguió ser una artista freelance famosa en toda Italia, además de haber denunciado una violación durante el Renacimiento. También lo es que Nelly Bly se deshizo de todo el equipaje que, se suponía, debían transportar las mujeres inglesas durante la época victoriana, logrando compactar todo lo necesario para un viaje de dos meses y medio dentro de un pequeño maletín. Y que la ermitaña Alexandra David-Néel se deshizo de la presencia de chaperones masculinos que la vigilasen mientras realizaba su travesía, a pie y prácticamente sin recursos, a lo largo de varios países de Asia.
Sí, es verdad que estas mujeres consiguieron liberarse de diferentes manifestaciones de un mismo yugo que la sociedad patriarcal imponía sobre sus decisiones y sobre sus vidas, pudiendo iniciar a hablar, a viajar, a vivir donde ellas decidiesen. Pero es que todas las mujeres que escogió como inspiradoras son blancas. Y europeas. El libro está narrado en un marcado tono colonialista, sobre todo en los momentos en que la autora relata sus propias experiencias. Y todas, a pesar de las circunstancias sociales e históricas, tenían dinero para perseguir sus metas.
Kankimäki, tía… ya te vale.
Si hablásemos más de alguien que ha debido superar no sólo diferencias de género, sino diferencias socioeconómicas, institucionales y culturales, el cuento cambia radicalmente. No todxs percibimos las mismas dificultades a la hora de acercarnos a un rol masculino de poder en un contexto desfavorable.
Por ello y desde mi viaje a Colombia, me encuentro con ganas de compartir cuál es mi más reciente vitamina de inspiración.
Hablemos brevemente de la biografía de una mujer valiente.
Hablemos de Francia Márquez.
Francia es líder social y ambiental en un país en que el activismo se acalla matando. Ella procede de la franja del Pacífico colombiano, una zona con mayoría poblacional rural y afrodescendiente que se encuentra profundamente empobrecida y olvidada por el gobierno central. En estas zonas campesinas, el conflicto armado colombiano continúa vigente a pesar de los tratados de paz, lo que implica que paramilitares, gobierno, narcotráfico y guerrillas continúan peleando por la propiedad de las tierras, creando una grandísima disparidad con las ciudades, donde hoy por hoy el conflicto es casi invisible (y por tanto, inexistente a ojos gubernamentales).
El modo de vida y las tradiciones ancestrales de su pueblo son condenados por ser diferentes y por respetar la naturaleza, siendo amenazados por grandes empresas que están destruyendo la biodiversidad y con ello la realidad de la población agraria e indígena del país.
Francia Márquez ha sido madre adolescente. Y, a pesar de ello, desde joven ha dirigido protestas contra las retroexcavadoras de los mineros armados en su municipio de nacimiento. Por haber dado la cara ante la injusticia, fue víctima de violencia y repetidas amenazas que desembocaron en su desplazamiento forzado. Así, tuvo que mudarse y buscarse la vida como empleada doméstica en Cali.
Sus pasos como activista le llevaron a recibir el Premio Goldman (conocido como el “Nobel verde”), un grandísimo logro que le permitió continuar con su misión a través de la política, habiendo sido ya integrante del Proceso de Comunidades Negras y habiendo representado a las víctimas en el proceso de paz de la Habana.
Pero lo que vengo a contar hoy es incluso más impresionante. A mediados de marzo pasado, Francia se anunció como precandidata a las presidenciales de Colombia. Y hace un mes, su partido ganó las elecciones, convirtiéndose ella en vicepresidenta del país.
El hecho de que haya vencido su equipo es un hecho sin precedentes. De ella y de Gustavo Petro se espera que puedan poner acento en formas de convivencia de las comunidades ancestrales, indígenas y afrodescendientes, y acercar la realidad urbana al conflicto que se vive como una herida viva en el campo. Hacer ver a esos “nadies” ha sido y seguirá siendo parte de su cometido político.
Le deseo muy buena suerte. Ojalá ella también encuentre su propia vitamina, porque no va a ser tarea fácil.
Fuentes, por si te pica la curiosidad:
Información sobre las víctimas del conflicto armado en Colombia: Comisión de la Verdad
Revista sobre política en Colombia: https://cambiocolombia.com/
Libro citado: The Women I Think About at Night - Mia Kankimäki
https://www.simonandschuster.com/books/The-Women-I-Think-About-at-Night/Mia-Kankima
ki/9781982129200
Más información sobre Francia Márquez:
Francia Márquez: la poderosa voz de los nadie en las elecciones - A Fondo Con María Jimena Duzán | Podcast on Spotify