19/04/2022
Carolyn Steel es una arquitecta británica, que ha impartido clases en la London School of Economics, la London Metropolitan University y la Universidad de Cambridge. Investiga sobre las ciudades aportando un interesante punto de vista, la centralidad del alimento y desarrollando un enfoque del diseño urbano que tiene en cuenta los flujos de alimento en las ciudades. A esto es a lo que llama sitopia, combinación de la palabra griega “sitos” (comida) y “topos” (lugar).
En palabras de Carolyn Steel “el alimento modela nuestras ciudades, nuestros paisajes, nuestra política, nuestra economía, la forma de compartir, la relación que tenemos con la naturaleza y nuestra relación con los demás, si pensamos en cualquier momento importante de nuestra vida el alimento siempre está presente”.
Para ejemplarizarlo nos explica la historia de las ciudades desde el punto de vista de cómo se consiguió alimentar a sus habitantes, tarea nada fácil, sobre todo en grandes urbes como Londres que le sirve de ejemplo. “La comida era el núcleo de la ciudad y el centro de nuestra vida social. Se vendía en la calle y los animales eran traídos a pie desde el campo”. La plaza o mejor dicho plazas del mercado ocupaban el centro de las ciudades y eran lugares de intercambio de mercancías pero también de intercambio social, punto de encuentro de productores y consumidores.
Es la producción moderna de alimentos la que ha dañado el equilibrio ciudad-campo, y está en el origen de la destrucción del mundo natural. No sabemos de dónde viene la comida porque no vemos los paisajes de los que proviene, ni las consecuencias que provoca el cultivo de alimentos en partes muy alejadas del globo. Puede que el tomate que nos estemos comiendo haya viajado en varios medios de transporte (barco, tren, camión), haya recorrido más kilómetros de los que nos podamos imaginar y haya sido almacenado en varios centros logísticos antes de ser repartido en el supermercado de la esquina donde lo hemos comprado, toda esta movilidad y la energía y recursos que lleva aparejada por supuesto se oculta a nuestra vista, al igual que la forma en que ha sido producido y los medios humanos y mecánicos que ha necesitado, así como el paisaje que ha generado en origen. Carolyn Steel nos lo dice “la relación entre las ciudades y los alimentos hoy en día está desconectada, es explotadora y forma parte del motor que está destruyendo nuestro planeta”.
Tenemos la oportunidad de reequilibrar nuestra relación con la naturaleza y con nuestros semejantes retejiendo nuevas relaciones entre las ciudades y el mundo rural, produciendo alimentos sanos que no generen contaminación, no supongan explotación de recursos como el agua, no dependan de combustibles fósiles, ni de la explotación de recursos humanos para su producción y mantengan los armoniosos paisajes que nos gusta pasear, disfrutar y también comer.
Las investigaciones demuestran que si te sientas a comer con alguien, empiezas a crear hormonas de unión, como la oxitocina, que refuerzan tu sensación de pertenencia física, reforzando la camaradería y la pertenencia. Como afirma Carolyn Steel podemos cambiar el mundo a través de nuestra forma de comer y si somos capaces de describir dónde vivimos a través de la comida seremos capaces de diseñar estos espacios para la vida.
Para saber un poco más:
Carolyn Steel. Ciudades hambrientas. Cómo el alimento moldea nuestras vidas.2020.
Carolyn Steel. Sitopia. How Food Can Save the World. 2020