Estefanía López Salas

15/02/2023

 

En enero de 1930, la revista alemana Die Woche publicaba un artículo titulado “Mädchen wollen etwas lernen” (Las chicas quieren aprender algo) dedicado a las alumnas de la Bauhaus. El artículo estaba ilustrado con fotografías de alumnas que representaban un tipo de mujer creativa y segura de sí misma, a la que se referían como “Bauhaus Gal” o “chica Bauhaus”.

De las 649 mujeres que tuvieron la oportunidad de formarse, entre 1919 y 1933, en la Bauhaus, en esta ocasión quiero centrar la atención en la figura de Friedl Dicker quien, segura de sí misma, solicitó la admisión en la escuela para aprender, no simplemente algo, como rezaba el artículo de 1930, sino arquitectura, la meta máxima de la enseñanza aquí, formándose hasta ser una figura todavía hoy no muy conocida en ese campo, pero de gran talento creativo.

Friedl Dicker nació en Viena en el seno de una familia judía y aquí tuvo sus primeros contactos con el mundo del arte al asistir al Instituto Austríaco Federal de Educación e Investigación de las Artes Gráficas, donde estudió fotografía. Más tarde fue alumna de la Escuela de Artes y Oficios de Viena, al mismo tiempo que trabajaba en el teatro, para el que hizo disfraces, actuó y escribió alguna obra. En 1915 empezó a estudiar en el departamento de textiles de la escuela de Artes y Oficios de Viena y también de dibujo. Un año más tarde se matriculó en la escuela de arte privada de Johannes Itten, quien posteriormente, en 1919, se convertiría en maestro de la Bauhaus.

Dicker fue una de las alumnas de Itten en la Bauhaus Weimar, donde encontró a personas de ideas afines que compartían su curiosidad e interés por las funciones de los objetos. Admiraba al pintor Paul Klee y cuando este se incorporó como maestro a la Bauhaus, Dicker asistía a sus clases sobre la naturaleza del arte y la imaginación de los niños. Así abrió su mente a los motivos y conceptos educativos de los más pequeños, con una gran influencia en toda su carrera.

El talento innato de Dicker fue reconocido por Walter Gropius en 1931:

La señorita Dicker estudió en la Bauhaus estatal desde junio de 1919 hasta septiembre de 1923. Ella sobresalía por sus inusuales dotes artísticas; su trabajo llamaba constantemente la atención. La naturaleza multifacética de sus dones y su increíble energía hicieron de ella una de las mejores estudiantes y ya en su primer curso empezó a enseñar a principiantes.

Tras dejar la Bauhaus desarrolló una carrera multidisciplinar en campos tan diversos como la arquitectura, el diseño de mobiliario y la pedagogía. Empezó en Berlín en 1923 y terminó en el campo de concentración de Auschwitz, en octubre de 1944. Sus dos últimos años de vida enseñó a cientos de niños a dibujar, convirtiéndose en una luz dentro de la oscuridad.

 

Para saber un poco más

“As mozas queren aprender arquitectura na Bauhaus”, conferencia impartida por Estefanía López Salas en la Real Academia de Bellas Artes: https://www.youtube.com/watch?v=e47lxE5C8x0

Hervás y Heras, Josenia. Las mujeres de la Bauhaus: De lo bidimensional al espacio total. Buenos Aires: Diseño, 2015.

Rössler, Patrick. 2019. Bauhaus mädels: a tribute to pioneering women artists. Colonia: Taschen.

 

Estefanía López Salas