Mujeres Autoconstructoras

03/11/2025

 

Si estudias arquitectura, o no, probablemente ya conoces a las grandes figuras, los llamados “padres de la arquitectura”: hombres, blancos, europeos de cuatro o cinco países. La historia de la arquitectura y del urbanismo que nos han enseñado se basa en sus miradas, en su forma de interpretar y describir el espacio, como si sólo ellos hubieran pensado el mundo y los espacio que habitamos. ¿Qué sucede cuando miramos hacia aquellas que, con su práctica, desafían todo lo que nos han enseñado a valorar? ¿Cómo encajan los habitares informales y otras arquitecturas espontáneas en el estudio de estas disciplinas? Simplemente no encajan, no se ha dejado sitio ni para las experiencias de las mujeres, profesionales o usuarias del espacio; y menos aún para cualquier construcción que se salga de lo formal.

 

Hoy traigo aquí la figura radical de las mujeres autoconstructoras de los barrios precarios e informales. Seguramente nunca saldrán en una revista de diseño ni siquiera en un monográfico con perspectiva de género, y la razón es clara: además de ser mujeres (una categoría desde la que ya disputamos espacios en la academia y en la profesión), son mujeres pobres, mujeres racializadas, mujeres gitanas, mujeres constructoras de viviendas informales en los márgenes urbanos. Existencias y habitares que superan los marcos conceptuales de lo que entendemos por arquitectura.

 

Pero las mujeres autoconstructoras no sólo son estas mujeres que habitan en los barrios más precarios y estigmatizados de nuestras ciudades; también podríamos traer aquí a muchas de nuestras ancestras, nuestras tías o nuestras abuelas y bisabuelas, que construyeron, organizaron y sostuvieron con sus cuerpos las casas que configuran el territorio gallego más allá de lo urbano, casas de aldea donde a lo mejor nos criamos o, al menos, visitamos. Hablamos de casas autoconstruidas pensando en términos de función más que de forma. Casas en las que aplicaron la perspectiva de género aún sin pretender nombrarla así, porque se hicieron a través de su mirada y siguiendo un programa que colocaba el uso cotidiano y la vida en el centro de su diseño.

 

 

Cristina Botana